13 enero, 2017

Soberbia

Se lo da la cara, a Trillo. La cara, la expresión, la forma de mirar, la expresión de la boca..., en fin, todo eso. Cuando uno se encuentra de frente con una cara esculpida así tiende a desconfiar. La cara de Trillo destila soberbia, eso que, los cristianos catalogan como pecado y que consiste, así en palabras llanas, en creerse superior a los demás y despreciarlos. Un hecho paradójico en Trillo, cristiano fundamentalista él.

Normalmente, detrás de la faz de la soberbia se encuentra la cobardía, una cobardía tan grande que te impide reconocer tus propias malas acciones. Lo reprobable es siempre cosa de otros. La cobardía hace que te aísles de todo. Qué coño te a ti importa quién o cómo se contrata un avión, o que sea un cacharro, eso es cosa de segundas espadas . Por eso, tú, soberbio, arrogante y altanero, te rodeas de mandos engreídos, impertinentes y fatuos que llegan al lugar del accidente y, a pesar de que los forenses les dicen que las cosas se hacen de otra manera, toman las decisiones desde su pedante y pseudocastrense suficiencia y ordenan meter los pedazos de cualquier manera en los cajones. Y, claro, tú lo suscribes, qué más da carne de cañón que carne de avión. Luego, cuando piden cuentas te escabulles y los señalas, porque como eres el jefe, y te corresponde ser todavía más fatuo que ellos. Cobardía destilada.

 La cara de Trillo cuando visitó el lugar del accidente del Yak no era de pena ni de dolor, era de desagrado ante aquel amasijo de metal retorcido y carne quemada. Él, con sus zapatitos en aquel barrizal había ido justo a hacerse la foto, probablemente porque alguien, más soberbio que él, pero más listo, le había obligado a hacerlo. Y la comparecencia en sede parlamentaria fue el paradigma de la altivez y de la desvergüenza. Todo en el avión estaba en orden, todo se había hecho bien: asunto liquidado. La caja negra del avión, incomprensiblemente, no había registrado grabaciones de voz. Un trabajo impecable.

¿Cual es el poder de Trillo que en las dos legislaturas socialistas no le pudieron meter mano por el asunto del Yak? ¿Que le debe el PP a Trillo que tanto lo protegió y tanta tierra echo encima de este asunto? Trillo tiene, nadie sabe por qué influencia en el mundo judicial, conoce a la perfección los entresijos oscuros de un ambiente que también tiene partes que huelen a podrido, y son estas en las que él se maneja como pez en el agua. Esa parte del mundo judicial que piensa que ellos están para juzgar y dictar sentencia, pero que nadie puede juzgarlos a ellos. Los soberbios se entienden entre ellos, son como una secta, como una sociedad secreta.

La soberbia hace muchos años que ya hizo presa en la clase política española. Desde lo más alto hasta lo más bajo. Y a todos se lo da la cara. Basta observar con un poco de detenimiento. Aznar, que nos perdona por existir, Fabra, Baltar, Aguirre... Sí, casi todos del PP. La derecha tiene más inclinación a despreciar a los mortales, basta fijarse en Jordi Pujol. Pero, no se libran los demás, desde luego. Todos conocemos casos de soberbia en todo el espectro político. Algunos de los líderes actuales emanan soberbia: Rajoy, Ribera, Susana Díaz, Pablo Iglesias, este llegó a reconocer explícitamente que había sido su peor pecado. Mírese bien su gesto, es como si nos perdonasen por no estar a su altura. Y lo pero es que son líderes, y son imitados siempre por lo más mediocre y menos valioso de sus formaciones. Por eso, deberían andarse con cuidado.

El PP debe ser explícito y cristalino en esto de Trillo. Debe reconocer su error y, llegado el caso, pedir perdón públicamente por una actuación tan triste con los muertos y los familiares, por haber puesto en entredicho al ejército y despreciado todas las críticas. Trillo era ministro de defensa, pero Aznar era su jefe y tampoco dijo nada, como era de esperar. Bien, pues Aznar ya enseñó su cara y se separó del partido. El divorcio de FAES y el PP está consolidado, Rajoy es libre y debería hablar alto y claro... Pero no tengo mucha confianza.


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