30 septiembre, 2016

Mendacidad, indignidad, bochorno

El hábito o costumbre de mentir (mendacidad) se extiende como una mancha de crudo en el agua en toda la política española, por lo tanto también en el PSOE. El Partido Socialista está fracturado por una simple cuestión de mantenerse en los cargos (indignidad), o trepar más alto. En ningún caso nada de lo que se hace es «por el bien de España». Que por el bien de España no debe gobernar Rajoy, de un lado y que por el bien de España no debe haber terceras eleciones por otro, no son más que mentiras que insultan la inteligencia colectiva de un electorado (abochornado) que, ya dos veces, dijo alto y claro cuál era su intención.

Esa suerte de golpe de mano ejecutado por quienes se autodenominan sector crítico, con los estatutos en la mano, no es más que «una chapuza digna de un sargento chusquero»; Josep Borrell lo explica con toda claridad en una entrevista concedida a la SER que nadie, interesado en la situación en el PSOE, debería perderse. Lo que debe decidir el partido es cuándo será el congreso extraordinario y qué se va a hacer respecto a la formación de gobierno en España. Así de simple. Y, de momento, el único que habló claro fue Sánchez: «No es no». Algo que, además hizo por mandato del Comité Federal.

Ls cspitana de los críticos, y el archienemigo de Sánchez, Madina, intentan por medios no estatutarios descabalgar a Pedro Sánchez. Pero, al final, no les va a quedar otra que respetar los estatutos vigentes, en los que ni se contempla que el Secretario General tenga que dejar el cargo por dimisión de más de la mitad de su ejecutiva, ni que cuando esto ocurra se forme una comisión gestora. Susana y su gente demuestran un precario conocimiento de las leyes de gobierno interno, algo que Josep Borrell domina a la perfección. Por eso, insisto en la conveniencia de escuchar íntegra su entrevista.

Quiera o no quiera el sector crítico, Sanchez seguirá como Secretario General, eso sí, en funciones, y pilotará el camino hasta el congreso extraordinario. Y quiera o no quiera el sector crítico, Susana Díaz, de viva voz, tendrá que decir qué quiere hacer respecto al futuro gobierno de España. Porque, de momento, salvo Fernández Vara, nadie habló en el PSOE, al menos nadie de gran relevancia, como Díaz o Madina, de facilitar el gobierno de Rajoy, lo cual es un acto de cobardía, más, cuando se intenta apartar del poder orgánico a Sánchez por negarse a facilitar un gobierno del PP. Las únicas voces que se oyeron fueron para decir que no a un gobierno apoyado en Podemos e independentistas. O sea, no a todo lo que intenta Sánchez, pero sí a nada.

Cuánto echo de menos en el PSOE, en la política en general, a alguien con la clarividencia de Borrell, que, por cierto, también sufrió en propia carne las puñaladas de los necios del aparato socialista.


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