28 agosto, 2015

Inquietudes

Las personas que huyen de los conflictos son refugiados. ¿Las personas que huyen del hambre qué son? Se trata de hacer una distinción entre refugiados e inmigrantes ilegales. Me pregunto qué tiene de ilegal buscar una existencia menos miserable que la que te condena a la pobreza extrema. De acuerdo que el refugiado, como los sirios en este momento, huyen de la muerte, de la guerra, de la barbarie. Pero no podemos hacer distinciones. Todos ellos merecen ser acogidos por el mero hecho de ser personas en peligro.

Lo que debería avergonzarnos es no querer ver que somos nosotros, los países «ricos», los
responsables de esta huída de la gente hacia nuestro entorno. Vienen porque el primer mundo no quiere comerciar con ellos, solo está interesado en la explotación de sus recursos, tanto humanos como materiales. Es poco inteligente impedir que los países centroafricanos tengan un mínimo de beneficio que permita a la gente seguir viviendo en su tierra. Si no se dan las condiciones básicas para poder llevar una existencia suficientemente digna, sin ninguna duda acabarán en Europa. No hay fuerza que lo pare. Solo el cambio de política.

La guerra en Siria, el Estado Islámico..., el salvajismo en estado puro que hace que millones de personas tengan que huir de su casa, todo ello fue causado por nosotros. Las potencias quieren un medio oriente en permanente tensión. Pero las personas ya no aguantan más. Pasan de dioses, de patrias, de mandatos coránicos. Han llegado a su límite. Solo quieren vivir. Por eso organizaron su éxodo hacia una tierra en la que puede que acaben en un campo de concentración, o algo parecido, pero siempre será mejor que las bombas que matan a sus hijos.

Me causa sonrojo pensar que hay gente que quiere impedir su entrada poniendo muros o mediante la fuerza. El sonrojo es porque me avergüenza tener compatriotas, españoles y europeos, tan simples. Tan simples o tan cobardes. Estos babosos que gritan contra sus semejantes no son más que unos flojos que serían incapaces de un acto de valor como coger lo que puede cargarse al hombro e iniciar la vida en otra parte. No se dan cuenta que no vienen a quitarles nada, solo vienen a intentar vivir. Y lo que no saben estos nazis es que Europa, toda Europa, necesita savia nueva para mantener el sistema de bienestar. Aquí hasta los ultras se olvidaron de engendrar. Seguramente por miedo a lo que les pudieran quitar sus propios hijos. Mentecatos.

20 agosto, 2015

Sobre lo «apropiado» de amamantar.


Nota aclaratoria:
Hoy 21 de agosto, el club Real Avilés, por medio de su directivo Manuel Paulino Fernandez Miranda. Pidió sinceras disculpas por el hecho ocurrido. El rápido reconocimiento de la equivocación y la promesa de máxima sensibilidad en el futuro con este y otros asuntos relacionados con la maternidad y la infancia honran a la persona del directivo y al Real Avilés.

Es de justicia que se sepa la respuesta y que se difunda.

Somos mamíferos. Creo que lo tiene claro todo el mundo. Los mamíferos nos caracterizamos por mamar. Es decir nuestras crías se alimentan de la leche materna durante un periodo de tiempo. Para ello aplican la boca a las mamas de las hembras. Las hembras de los mamíferos tienen mamas, unas más y otras menos, según la especie. Las hembras humanas tienen dos mamas. La principal función de las mamas es dar de mamar. El hecho de que a su vez constituyan un importante ornamento de atracción sexual, bien explicado por la Antropología, no excluye que su función principal sea producir leche para amamantar a las crías en los primeros meses de vida.

Con esto bien claro, me pregunto cuál es el problema que algunas personas ven a que las crías sean amamantadas por las mujeres en lugares públicos. A veces la educación (la mala) y la cultura (también la mala) hacen que las mujeres pasen un mal rato al sentirse incómodas por las miradas o los comentarios de esta gente intransigente, algo estúpida diría yo, que ni tiene en cuenta que en su infancia ellos chuparon teta, y si no lo hicieron fue porque su madre tuvo la desgracia de no poder, o prefirió no hacerlo por alguna razón, tal vez estética (¿?) o tal vez por ignorar lo extraordinariamente bien que les viene a los niños la leche materna y a las madres amamantar.

Pues hasta tal punto alguna gente (gente rara, insisto) tiene problemas con esto que, en algunos países se legisló al respecto y amamantar constituye un derecho. O sea, que una madre le puede montar un cirio a cualquier incauto que se le ocurra recriminárselo, incluso, si la cosa se pone seria, e intentan impedirlo, ponerle una querella judicial en la que el intransigente saldrá con toda seguridad perdiendo. Este derecho en España no existe. Es verdad que amamantar en público no constituye nada prohibido, al contrario, está protegido. Pero no es un derecho, y esto hace que las madres tengan problemas para dar la teta. Problemas reales...

Hace unos días, aquí, en mi ciudad, en Avilés, una mujer estaba con su marido y sus dos hijos viendo un partido de fútbol en el estadio municipal. Un partido de estos de verano con poca gente en las gradas, jugaba el club de la ciudad, el Real Avilés. El niño pequeño, lactante, empezó a ponerse nervioso y a exigir su ración. Había comido no hacía mucho, pero las crías consideran suya la teta de su madre y la reclaman cuando la gazuza les ataca. Ella intentó calmarlo, pero nada. Así que se levantó, y para no hacerlo en la grada, ruidosa e incómoda, se dirigió a una empleada del club, Real Avilés y le preguntó si le podían prestar una silla para ponerse en un lugar un poco apartado a alimentar a su hijo. La empleada le pidió que esperase un momento y se presentó con el delegado del club que le dijo con toda rotundidad que no le parecía apropiado sacar allí el pecho. La chica no contestó. Para qué. Se fue con su familia del estadio a alimentar al niño a otra parte. El Real Avilés la había expulsado de un espacio municipal por querer dar el pecho a un recién nacido con hambre.

Al no ser un derecho, si intentas dar de mamar a tu niño y alguien te lo intenta impedir, no tienes de tu lado la fuerza de la ley. Es verdad que la lactancia es algo recomendado y protegido; y que no está considerada por las leyes como algo escandaloso. Si una mujer se empeña puede dar de mamar a su bebé donde quiera. Pero tiene que tragar si alguien se lo intenta impedir, y discutir y pelear. al final, incluso si interviene la Policía, le van a dar la razón a ella ante el intransigente. Pero tiene que luchar y no puede denunciar a su represor por el hecho de impedírselo. Por esto amamantar tiene que llegar a ser un derecho. No debe haber ninguna duda: una teta alimentando debe ser respetada y protegida en todos los casos.

¿Qué por qué escribo sobre este asunto y como sé de este caso concreto? La mujer que sufrió la vejación fue mi hermana. Ella me lo contó, y yo me puse a pensar no solo en el derecho de amamantar donde se desee, sino en la pertinencia de que en los lugares públicos (estadios, polideportivos, teatros, centros culturales...) haya espacios, pequeños espacios, tranquilos y con lo mínimo para que una madre pueda amamantar sosegadamente a su cría, o cambiarle un pañal, o darle el biberón... En fin. Solo se trata de un poco de sensibilidad. Tal vez si alguien influyente lee esto se lo piense y actúe.




15 agosto, 2015

Hola. ¿Es el ministerio del Interior?

 Medianoche. C vuelve a casa con su perro. La cara lívida y el gesto desencajado. Las manos temblorosas apenas sujetan la correa. El animal, como si lo supiera, camina despacio y lo mira de vez en cuando paciente y, aunque llueve ligeramente no acelera el paso. C se mueve como un autómata, sin importarle la lluvia persistente. Las gotas impactan sobre la pantalla de su móvil. Tiene abierto Facebook y allí están los mensajes. Se siente intimidado, en peligro. El último es de hace unos minutos: «te ajustaré las cuentas».

No puede dormir. Da vueltas en la cama hasta el amanecer. A las siete, sin haber pegado ojo, decide levantarse. Se prepara un café y va al ordenador. Google. «Ministerio del interior»; pincha en «Contacto» y lo ve. Su tabla de salvación: Atención al ciudadano 060. Se preguntó a qué hora entran a trabajar los ministros. Decidió que a las diez no era demasiado temprano. Llamaría a Jorge Fernández Díaz... Él le ayudaría.

—... Le recordamos que por razones de seguridad esta llamada será grabada.
—Ministerio del interior, en qué puedo ayudarle.
—Hola, verá... Es que estoy en peligro. Quiero hablar con don Jorge, con el ministro.
—Tranquilícese. Dice que está en peligro. Por qué no llama usted al 112...
—No es ese tipo de peligro. Estoy en mi casa, sentado en un sofá. Pero es que recibo mensajes amenazantes por Facebook.
—Oiga, si está usted de broma, le recuerdo que esto es Interior y que puede estar usted incurriendo en un delito...
—Cómo que un delito. Oiga. Yo me siento amenazado. Hay un tipo que me manda mensajes a mi Facebook. Dice que va a por mi, que cuando menos lo espere me cruje. Lo lleva haciendo semanas y yo me siento intimidado, presionado y deprimido. Me perro me mira como si fuera gilipollas y estoy completamente acojonado. Se lo puedo decir más alto pero no más claro... Quiero hablar con don Jorge... Inmediatamente.
—Pero, oiga. ¿Usted se cree que se puede hablar con un ministro así, por las buenas, porque alguien le amenaza por Facebook?
—¿Qué pasa que Facebook no es importante. ¿Sabe usted el valor en bolsa de Facebook? Es mucho mayor que el de Twitter. Y el Rato ese se entrevistó con él porque le intimidan por Twitter. O eso dicen, aunque yo no me lo creo.
—Señor... Rodrigo Rato fue ministro de Economía y Vicepresidente del  FMI.
—Tiene usted razón. Yo ni fui ministro ni presidente de ninguna cosa, pero tampoco inicié la burbuja inmobiliaria ni hundí Bankia ni engañé a millones de inversores ni se me investiga por fuga de capitales y blanqueo de dinero. Así que hágame el favor de pasarme al ministro, a don Jorge, o mando esta conversación a la prensa. Yo también la estoy grabando.
—Verá, Señor. No le voy a pasar a nadie... De momento dígame sus datos personales.
—Me llamo C, DNI 00xxxyyyZ. Y se lo repito. Páseme al ministro o envío esta conversación a El País. Y rece para que no me pase nada porque entonces va a ser peor. Conozco a quién me amenaza y  es capaz de todo. Así que usted mismo.
—Espere un momento...
...
—Sí... Señor C. Buenos días. Soy la jefa de gabinete del ministro. Verá, él está en una reunión y no puede atenderle...
—Señorita. Me importa un rábano. Yo estoy en peligro real ahora. Así que, ¡qué se ponga, joder!
...
—Sí. Soy Jorge Fernández. Dígame. Qué le ocurre.
—Hombre, don Jorge. Por fin. Ya es difícil hablar con usted.
—Oiga. Estoy muy ocupado...
—Cómo que muy ocupado. Usted tiene que atender a los ciudadanos, que para eso le pagamos. ¿No atendió a Rato. ¿Qué tiene él que no tenga yo, aparte de la cara como el cemento?
—Oiga, un respeto.
—Ni un respeto ni nada. Usted tiene la obligación de atenderme, así que siéntese y escúcheme, o esto va a la prensa.
—Bien. Dígame.
—Gracias. Verá... Hace unas semanas sacudí el mantel con migas por la ventana, como siempre. El caso es que se me escapó una cucharilla de café y le calló en la calva a un vecino unos pisos más abajo. La verdad es que, entre las migas y el golpe, el tío se cabreó mucho. Yo me metí para adentro. Creo que no me vio, pero no estoy seguro. El caso es que consiguió mi Facebook y no para de amenazarme. Y estoy muy asustado, don Jorge. Dicen que fue boxeador y yo soy un mierda enclenque. Tiene que ayudarme y protegerme.
—Oiga. No sé ni como le estoy escuchando. Pero ya he tenido demasiada paciencia con usted. Tenemos su ubicación y voy a ordenar ahora mismo que se le detenga por mofa a una autoridad del Estado...
—¿Qué va a ordenar qué...? ¿Me quiere decir que Rato estaba en más peligro que yo? Mire. Voy a enviar esta conversación a El País ya. Usted es un insensato. ¿Recibe en su despacho a un caradura que tiene hasta escolta, pero está cagado y casi ni habla por teléfono con un ciudadano amenazado por un tipo que dicen que fue boxeador y que tiene una mala uva del seis? Usted es un mentecato que debería dimitir de inmediato. Se va a enterar como me pase algo. Adiós.

El Ministerio se convirtió aquel día en un hervidero. Los contactos con El País se hicieron al máximo nivel. Pero todo fue inútil. C había ganado. El titular estaba preparado. «El ministro del Interior se niega a proteger a un ciudadano seriamente amenazado». Al día siguiente C paseaba a su perro con un ojo morado. La dimisión del ministro estaba más cerca.

10 agosto, 2015

Podemos. Alternativos y alternativas

Todos los análisis de las encuestas de intención de voto coinciden en que Podemos pierde soporte electoral a chorros, y puede ser verdad. Y aunque la realidad es tozuda y demuestra que las encuestas poco tienen que ver con el resultado final de unas elecciones en estos casos de partidos recién incorporados a la escena, qué se dé un empeoramiento de las expectativas es todo un síntoma.

Podemos empezó con una fuerza inusitada por la potencia mediática de sus líderes, en especial de Pablo Iglesias, pero también de Errejón, Monedero u otros, presentes en toda tertulia o reality político. Su imagen alternativa sedujo a muchos alternativos, pero el discurso claro y los mensajes bien estructurados sedujeron también a millones de personas hastiadas de un sistema podrido en manos de personajes siniestros ávidos de poder y, en muchos casos de riqueza.

Los no alternativos, es decir la gente normal, esa que no es activista, ni demasiado extremista, ni tan siquiera comunista ni bolivariana ni marxista. Es decir, la gente que hace que el país se mueva con su trabajo diario, o que está en el paro y tiene preocupaciones mayores, como buscar empleo y tonterías semejantes; gente que sabe poco o nada de polítología. Este grupo electoral también pensó en algún momento en Podemos como opción. ¿Por qué no? Peor ya no les iba a ir: a los que trabajan se les redujo el sueldo y a los que están parados se les ofrecen contratos basura. ¿Por qué no Podemos, entonces? En las sedes de Podemos se respiraba la euforia. Y a partir de aquí empiezan los errores.

La dirección de podemos se olvidó de un precepto fundamental: el elector español es moderado siempre. Solo se radicaliza por momentos, en calentones repentinos. El elector español guillotinaría a los corruptos y a los ladrones, y a los violadores y maltratadores... Pero solo de boquilla y mientras el asunto está en los medios. La indignación del votante español medio es como los fuegos de artificio, que solo producen ruido, al final se impone la moderación. Fue un grave error no haber tenido en cuenta esto a la hora de manejar las actuaciones y los mensajes durante la campaña de las municipales, y lo más importante, en las intervenciones, ya visibles, postelectorales en forma de pactos, primeras decisiones, etc...

Podemos, ahora ya asentado en el poder municipal y autonómico, salvo en algunos casos de personas serias (Manuela Carmena, Echenique, y algunos más) está enviando flashes que aparentan un cierto caos interno. Todo se arregla con someterlo a la opinión de los ciudadanos en consultas a las que nadie acude. La gente normal no tiene ni tiempo ni ganas de responder a preguntas estúpidas sobre si se debe o no pactar con ni se sabe quién. La gente normal quiere que se decida y se actúe. La gente normal quiere ser gobernada, no consultada permanentemente para todo. Esto les encanta a los alternativos, que sienten que todo es más democrático, pero que no saben que Democracia no tiene nada que ver con que se consulten las decisiones. Democracia es otra cosa.

Podemos pierde apoyos a chorros porque dejó de ser alternativa para los no alternativos. Los partidos de «La Casta» empiezan a mover su maquinaria propagandística. Una maquinaria que sería un error por parte de Podemos despreciar. La Casta sabe lo de que el votante medio es simple, vago, y hasta un poco tonto. Parece mentira, pero Podemos parece no ver esta ventana de oportunidad y no reacciona, y eso que está todavía a tiempo. Si no lo hace, poco futuro hay: un partido de segunda o tercera fila que irá autodestruyéndose a la vez que los alternativos se van cortando la coleta y entrando en el grupo de gente de a pie.