15 diciembre, 2015

Un debate lamentable, y completamente inútil

Lamentablemente, el debate, o mejor, el combate, ha tenido lugar. Una refriega completamente inútil en la que cada uno, como un ave canora, se puso en una rama a cantar para intentar atraer a los votantes, a los votantes que ya tiene. Un espectáculo nada interesante para entretener al público que tienen entre ambos, aproximadamente la mitad del electorado. La otra mitad, que ellos creen que no existe, se lo va a decir el día que se vote.

Hace años, entre ambos partidos tenían casi el 90% del voto emitido, ahora tienen el 50%. Y siguen comportándose como si fueran los amos del cortijo. Cómo pueden ser tan estúpidos. A quién intentan impresionar. ¿Es que todavía no se dieron cuenta de que la gente quiere otra cosa? No sirve de nada sacar cifras, gráficos ni propuestas. Hoy ya todos tenemos ordenador, todos estamos conectados a internet y todos tenemos acceso a las estadísticas. Y no necesitamos que se nos interpreten de manera torticera.

Nadie, salvo los suyos y los tontos, cree a Rajoy, especialmente si se está en paro a se pasan canutas para llegar a fin de mes. ¿Que esto va bien, y que solo el PP puede llevar a España por el buen camino? Y una mierda... Tampoco nadie cree a Sánchez cuando dice que ellos son la única solución. ¿Qué tipo de solución? ¿La misma que en los ocho años de Zapatero? Ambos expusieron números maquillados a su antojo y que demostraban que la culpa de todo la tiene en contrario. Y prometieron, y se comprometieron...O sea, más de lo mismo.

¿De qué sirvió todo este circo? Estamos igual que antes. Solo una cosa reseñable. Sánchez le dijo a Rajoy que era un indecente. Se lo dijo con toda claridad y ante millones de personas. Y puede que Rajoy no sea decente. No puede serlo alguien que mandó tantos años un partido tam profundamente corrompido. Pero se le olvidó algo. En estos combates hay unas reglas, como en el boxeo. Se puede dejar KO al adversario, pero no valen las patadas en los genitales. Quien lleve a la lona al otro así pierde automáticamente el combate. Y Sánchez olvidó eso. Podría haber demostrado de otra manera la poca decencia de Rajoy. Tal vez le hayan asesorado mal.

Pero esto es lo que hay. PSOE y PP creen que ellos son España. Ellos, los partidos. Es como si los ciudadanos no afiliados, los otros partidos, la sociedad civil o el resto del mundo no existiera. Y eso va a ser lo que les pase factura. Los jóvenes están hartos de tanta mediocridad; muchas personas adultas, parecido. Puede que las otras opciones de voto no gusten demasiado, o nada. Puede que no guste el sistema electoral. Pero iremos a votar, porque cualquier cosa que termine de una vez con esta aburrida práctica bipartidista, empeñada en un imposible exterminio mutuo, es mejor que lo que hay. Puede que sigan ganando las elecciones, pero ya han perdido el poder. Tendrán que inclinarse ante la nueva situación. Así son las cosas.




1 comentario:

Anónimo dijo...

A ver si es verdad que les pasa factura a uno y otro. Lo veremos.No creo que vaya a ser tan fácil.De lo contrario, que alguien nos asista.