22 julio, 2015

Cristiana Europa. Cristianísima España

Produce tanta indignación y asco la reacción de Europa, y de España, ante el problema de los refugiados en demanda de asilo que es imposible, a no ser que se sea un malnacido, no tomar partido a favor esta pobre gente a la que se le niega sin ningún tipo de compasión el derecho fundamental de todas las personas: un lugar seguro donde vivir y asentarse.

La huída de centenares de miles de personas, tal vez millones, de lugares donde el hambre y la guerra hacen que sea imposible quedarse, es tratada por los países desarrollados como un problema de fronteras y de reparto de cupos. La incapaz Unión Europea, tras reuniones eternas, ha llegado, como siempre, a ninguna parte, o al menos a ninguna solución. Se ha propuesto la acogida de 40.000 refugiados en cupos por países, pero estos han escurrido el bulto, y por diferentes razones han rebajado la cifra inicialmente propuesta, o han dicho que no acogen a ninguno. Con un par.

A los países desarrollados se les llena la boca hablando de Dios, una estupidez como otra cualquiera, pero es así: In God we trust, figura inscrito en la moneda oficial de los EE. UU; de hecho es el lema oficial del país. Durante la elaboración del texto de una imaginaria Constitución Europea de la que ya nadie habla por lo inútil, se presionó todo lo imaginable para que el el mismo quedase reflejada la tradición cristiana de Europa. Por lo tanto, ante tal profusión de alusiones al dios de los cristianos. ¿Dónde está la parte práctica? O es que eso de que los EE. UU. confían en Dios y que Europa es cristiana no es más que algo postizo, maquillaje únicamente, y como tal hay que tomarlo.

¿Y España? qué decir de España. Un país donde cada Semana Santa salen a las calles miles de fulanos disfrazados portando a hombros Cristos crucificados y Vírgenes con puñales atravesando su corazón para demostrar al mundo lo que es ser un buen católico y un buen cristiano a ritmo de tambor y trompetín. España, un país con un gobierno de marcado carácter religioso. Un gobierno con miembros casi santos, como el ministro del Interior, que da medallas a la mismísima Virgen María, para ganarse un buen sitio en el cielo, imagino. España es más que cristiana, es... la más cristiana de todas las naciones. La cristianísima España. ¿No debería un país así decir: «todos para mi, aquí somos cristianos de verdad»...Ah, que no, que eso son cuentos... Vaya.

Pues ni la cristiana Europa ni la cristianísima España ni los que manifiestan su confianza en Dios, allá, al otro lado del Atlántico parecen haber leído la parte en la que se dice que el prójimo debe ser amado como uno mismo. Algo que tiene claro quien esto escribe a pesar de ser un pobre y despreciable ateo convencido. Este principio cristiano debería estar por encima de todo para quien tiene presente siempre a Dios, por encima incluso de la conveniencia política. Aunque, claro, siempre puede suceder que los que huyen de la guerra y del hambre no sean prójimo, y siendo así no hay ninguna obligación.

Malditos hipócritas insensibles.

1 comentario:

Bond dijo...

Mateo 25:40