28 febrero, 2013

Sobre la representatividad

La cuestión es simple y clara: un diputado representa a los ciudadanos que le otorgaron su voto y a ellos se debe. No hay que darle más vueltas a este asunto. Chacón lo hizo mal en todo punto. Ella debería saber si la sensibilidad de sus electores iba por un sí, o un no. Claro que, para eso un diputado tendría que estar cerca de su fuente de poder con cierta frecuencia. No hay partido en el mundo que pueda obligar a un representante del pueblo a emitir un voto en sentido contrario al parecer de sus ciudadanos.

La única justificación de la abstención de Chacón sería que en este asunto la ciudadanía a la que representa tuviese opinión dividida. La diputada tendría entonces que votar en conciencia, o abstenerse o seguir la recomendación del partido, pero solo entonces. Pero ni Carmen Chacón ni nadie del PSC tiene ni idea de si los ciudadanos que les votaron son independentistas o federalistas o españolistas o si están hasta el gorro de ellos, que sería lo más normal.

La representatividad de los políticos en España es poca, o ninguna. Y ello es así por el curioso sistema de circunscripciones y candidaturas. El votante español, en los más de los casos, no tiene ni idea de quién es el candidato que vota. Este está diluido en una lista cerrada que al ciudadano le es completamente ajena. Una lista elaborada por un gerifalte de un partido que coloca allí a quien quiere. Quién mejor le cae al mandamás, va en la lista. Y quién va en la lista tiene preso su voto y votará lo que se le diga. ¿Y los ciudadanos...? Bueno, los ciudadanos no importan, el partido sabe lo que les conviene.

Este es el gran problema de la política y de la sociedad española. Una sociedad ávida de democracia. Una sociedad que se lleva desde 1936 amordazada total o parcialmente. Una sociedad sin representación durante el franquismo y con representación diferida tras la transición. Los actuales diputados no tienen más legitimidad que aquellos procuradores en cortes de la dictadura: son impuestos igual por terceros y el pueblo solo escoge, por votación, una lista ya elaborada. Luego, la misma legitimidad, poca más.

Éste país necesita una segunda transición. Ya llevamos demasiados años de dictadura. Nos hemos pasado 40 años en una oligarquía con un tipo al mando. Ahora tenemos un sistema más caro. Tenemos al mando a un partido, elegido cada 4 años. En eso hemos ganado, es verdad. Uno no se siente tan estrecho como en la dictadura. Pero al pueblo le falta la capacidad de elegir a las personas que lo representen. El pueblo no necesita que nadie haga listas. Basta que se presenten candidatos por cada partido y que le dejen votar a quién mejor le parezca. Creo que los españoles nos merecemos ese privilegio. Nos lo hemos ganado a base de sufrimiento.

26 febrero, 2013

Cospedal debe dimitir

Si resulta cierta la noticia recién difundida por El país de que Barcenas trabajó para el PP como asesor desde 2010, Dolores de Cospedal debe dimitir, sin más. La secretaria general del PP sostuvo ayer que con Bárcenas se había pactado una indemnización, lo cual significa que Bárcenas había sido despedido y se había llevado a un acuerdo con él para indemnizarlo de algún extraño modo. Afirmó rotundamente que, además, este había dejado de prestar servicios al PP en 2010. Por lo tanto, si se demuestra que Bárcenas tenía una relación laboral como asesor con el PP, Cospedal mintió y debe dimitir de inmediato.

Por otra parte, el hecho escandaloso de que un partido pueda pagar a un asesor 21.300 Euros brutos al mes lleva también a la exigencias de depuración de responsabilidades en profundidad en este partido, o en esta empresa mafiosa, como mejor se quiera. Los dirigentes actuales, o no se enteran de lo que pasa, o lo ocultan para que no se vea el caos interno y que la formación tiene como único objetivo el enriquecimiento de personas allegadas. No se puede pensar otra cosa a la vista de la cadena de acontecimientos de las últimas semanas y que tienen su origen en la trama Gürtel destapada y perseguida por el juez Garzón en su momento.

En una segunda derivada, Rajoy aseguró en la tribuna del congreso la semana pasada que "esas personas de las que se habla", sin nombrar a nadie, no tenían responsabilidades en el partido. Resulta difícil de creer que se le paguen 21.300 € a alguien sin ningún tipo de responsabilidad, al menos para cualquiera con un poco de sentido común. El presidente Rajoy debe tomar cartas en el asunto y aclarar qué está pasando en su partido. El PP atesora los votos de 10 millones de electores y gobierna en España con mayoría absoluta. Es desde todo punto exigible por parte de la sociedad que se aclare absolutamente todo este embrollo. De no ser así, Rajoy estará faltando al respeto de todos los ciudadanos, pero muy especialmente de los que le votaron.
Insoportable podredumbre

Los balbuceos de Dolores de Cospedal al contestar a preguntas sobre Bárcenas denotan no su incompetencia, qué también, sino una absoluta falta de preparación y aptitud para el puesto que desempeña. Esta mujer tiene unos cuantos puestos de responsabilidad, entre ellos presidente de una comunidad. Imagino que será igual de incapaz en de este puesto, digo yo. Alguien responderá que es inteligente, que es abogada del estado... Bien, vale, aceptado, pero yo tengo claro que no me subiría en un avión pilotado por un ingeniero aeronáutico, a no ser que también sea un avezado piloto. El PP está podrido y solo le queda desintegrarse en la vergüenza mientras nos cuenta a todos los manejos que se trajeron todos estos años.

Cuando veo a Bárcenas entrar con chulería en los juzgados siento asco. Y esto es lo que me queda, porque nada se puede hacer para evitarlo. Quienes tenemos una cierta ética (la mayor parte de los ciudadanos) siempre estamos expuestos a la actitud despectiva de estos profesionales del manoseo de mierda. Su altiva presencia es un insulto global. Algún militante del PP con dignidad, si es que hay alguno, que entiendo que sí, debería salir un día a su paso y solmenarle un bofetón igual que el que le dieron a aquel otro gran manoseador Boyer. Eso dejaría tranquilo al militante y nos quitaría la sensación de nausea a los pedestres contribuyentes.

La prensa corrompida y los medios putrefactos nos mantienen ocupados en atacar al oponente y defender a los nuestros. Mientras estamos entretenidos en esto dejamos de hablar de las cosas de Bankia y del enorme robo perpetrado por las cajas de ahorro con políticos y sindicalistas en los consejos de administración callando todo porque interesaba a su bolsillo y al de sus formaciones. La prima de riesgo sube hoy por el resultado de las elecciones en Italia, dice la prensa. Eso es mentira, una absoluta mentira. La prima de riesgo sube porque España fue empobrecida de tal manera por intereses particulares que, a la mínima distorsión económica en cualquier parte, los prestamistas pierden la confianza. A esta situación se llegó por la inestimable ayuda en forma de leyes "ad hoc" de los gobiernos de Aznar y Zapatero... Serán sin duda bien recompensados.

La insoportable podredumbre llega a todos los rincones de nuestra sociedad que tienen algo que ver con la política. Sin embargo la política nos es indispensable porque es la esencia misma del sistema. El cuerpo político español tiene algo parecido al SIDA: sus mecanismos de defensa están inactivados. Solo que en este caso no hay nadie que desde el exterior le aporte una medicación para paliar el deterioro. Mucho me temo que esto va a ir muy mal. Y sin embargo tiene una solución relativamente fácil. Si se sientan los principales líderes políticos y sociales y deciden dejarse de intereses particulares y trabajar en  una misma dirección, en el mismo instante que esto pase, la prima de riesgo baja 200 puntos. Pero esto es imposible. El olor que despiden todos ellos es tan insoportable que no resistirían ni un minuto en una habitación cerrada.

22 febrero, 2013

Bofetadas

Vistos los resúmenes del último debate sobre el estado de la nación, sigo deprimido. España es como un barco a la deriva y con vías de agua en el que la tripulación discute sobre los turnos de guardia y cosas que nada tienen que ver con el estado de la nave. Entre tanto, el pasaje, aterrorizado y sin poder hacer nada, ve en el horizonte acercarse una zona de icebergs y a sus pies el agua subir de nivel a cada momento.

Algunos gritan y aporrean inútilmente la puerta de la sala donde la tripulación en pleno continúa reunida en sesión solemne. Pero, lo más que consiguen es que, el capitán llame a los de seguridad para que repartan unos porrazos. A pesar de eso, el pánico va haciendo mella en la gente y cada vez presionan más sobre los tripulantes. El miedo se masca en el ambiente. No obstante los oficiales y el capitán insisten ante la mirada expectante de los pasajeros en que se van a articular normas que harán que las cosas funcionen mejor.

Yo tengo claro que, si estuviera escribiendo el guión de una película, me ganaría el favor del público. Haría descender un helicóptero en cubierta del que se bajaría a un mandamás de la naviera. Con paso decidido se dirigiría a la sala de reuniones. Entraría y, a bofetones, los haría callar a todos. Pero a bofetadas de las gordas. Vamos, las gafas del capitán, saltarían por el aire varios metros como principal responsable de la falta de decisiones adecuadas al problema. Naturalmente también habría hermosos tortazos para las diferentes facciones de la tripulación por complicidad.

Con las manos coloradas de tanto repartir estopa, el pez gordo se subiría a la tribuna y de manera amenazadora diría. "Pónganse todos a trabajar en lo que deben. Pónganse de acuerdo y dirijan este barco a puerto para que entre en dique seco a reparar. Y háganlo inmediatamente, imbéciles".

Qué bien habría estado que estos días en el parlamento hubiera ocurrido algo parecido.

20 febrero, 2013

Qué nos importa...

Lo que nos tiene que contar hoy Rajoy no nos importa porque, lo pinte como lo pinte, no va a ser verdad. Nada más que engaño puede surgir de su mesa de trilero. Ttratará de de embaucarnos moviendo a un lado y a otro la transparencia, la corrupción y la política de estímulo. Sencillamente no lo vamos a creer porque miente desde hace un año; o dicho de otro modo menos fuerte, en poco más de un año, engañó al electorado para que le votaran; hizo un discurso de investidura lleno de promesas que no solo no cumplió, sino que actuó en sentido contrario, y llevó al país a tasas de desempleo históricas. Por lo tanto...

Está claro que no voy a seguir el debate sobre el estado de la nación hoy en el Congreso. Para qué. No sirve para nada perder el tiempo en escuchar a un presidente que miente casi tanto como habla, altamente sospechoso de corrupción, sostenido por un partido cuya cúpula está en política para enriquecerse, y que destila falsedad, cobardía y falta de concreción por todos los poros. Tampoco sirve de nada escuchar a los grupos de la oposición. La absoluta falta de líderes hará que sus intervenciones, casi siempre vacías de contenido no tengan mayor interés. Estarán centradas en críticas a las promesas rotas, a los sobres de Bárcenas y en desgastar al PP. Pero no serán interesantes porque el PP está ya deslegitimado ante la sociedad. Los ciudadanos no tenemos muchas ganas de perder el tiempo en ver a unos cuantos políticos montando un circo.

Lo más ridículo será cuando Rajoy entre en el asunto de la balanza de pagos, muy mejorada por nuestras exportaciones, como si el gobierno hubiera hecho algo para fomentarlas. Es lastimoso como una cosa tan fácil de prometer: favorecer la salida al exterior de nuestros productos y empresas, nunca fue expuesto en discurso alguno. Este hecho positivo ha sido únicamente fruto del espíritu emprendedor de nuestros empresarios que, ante la caída del mercado nacional han hecho lo imposible por vender en el extranjero como única posibilidad de supervivencia de sus empresas. Y Rajoy se apuntará el tanto con toda esa cara, dura como el cemento, que tiene.

En resumen que el debate no tiene mayor interés. Que los españoles no creemos ya en nuestros políticos. Qué lo que queremos está bien claro: avances democráticos, partidos cristalinos, ley electoral diferente, un modelo de estado más moderno y justo, menos mamones en las múltiples instituciones, y mayor competencia en un mundo político lleno de mediocridad. Sin embargo, de nada de esto se va a hablar. Por lo tanto no solo no perderé el tiempo en escuchar a ese rebaño sino que voy a permitirme parafrasear a Labordeta: Señores del Congreso, váyanse ustedes a la mierda

16 febrero, 2013

Cachondeo

Que los partidos políticos son algo poco serio es sabido por todos, salvo por ellos mismos. El gesto circunspecto de sus portavoces cuando "niegan rotundamente" algo provoca hilaridad entre el respetable. Véase si no la payasada de Floriano, del PP, cuando comunicó a la plebe que Bárcenas había sido despedido mucho tiempo atrás, que se le había indemnizado y que parte del acuerdo era pagarle la seguridad social, etc... Un rollo macabeo para que, poco después, el propio partido terminase por admitir que el tesorero había tenido relación laboral con el PP hasta diciembre de 2012. Ahora ya se sabe y no pasa nada, salvo el revuelo mediático. Para qué perdieron en el PP energía en urdir una nueva mentira. Por qué desgastarse de esa manera...

Puede pensarse que esta tipo de actuaciones forman parte de una complejísima estrategia de comunicación. Ya se sabe que a veces la política conlleva, como el ajedrez, movimientos de gran anticipación. Pero no creo que sea al caso. En el PP, esta camada, a lo mas que juega es al parchís. No veo a nadie con la inteligencia política necesaria para articular un plan estratégico de gran nivel. La alta dirección del PP, y la baja parecido, está compuesta por personajes bastante mediocres. Eso sí, con una gran habilidad para moverse en ese mundo ramplón de las comisiones y de ganar dinero fácil.

Hace algunos años (muchos) en España ser político significaba tener un cierto prestigio. Hoy ser político significa ser sospechoso de poner el cazo; de tomar decisiones contra el pueblo, si es necesario para favorecer al partido, y de ser algo lelo. Sí; la sociedad empieza a sospechar que la inteligencia desapareció hace ya eones del entorno político español. Naturalmente, la mayor parte de las personas metidas en política no se llevan nada. Por eso, no deja de sorprenderme que en el PP no haya dimisiones en masa y ni abandono a empujones de la militancia. Puede concluirse que, o todos esperan ganar algo al quedarse, o que el virus de la "lelez" atacó a todos los niveles.

En el PSOE las cosas son algo diferentes porque está en la oposición, pero no son muy distantes en lo que se refiere a estrategia... Es decir, no hay ninguna. Los acontecimientos surgen y la respuesta va detrás. Todavía no vi al partido de los talentos escondidos proponer algo serio a la sociedad para el futuro; sospecho que no tienen talentos en la recámara, solo unos cuantos que esperan turno con el cazo puesto, como los otros. El único futuro que les importa es el de sus miembros y "miembras", como dijo aquella mentecata, hoy asesora en la ONU (manda "guevos"). El discurso es vacío debido al miedo a los escándalos venideros. Cuando se sepa de verdad lo que se repartió en el caso de los ERE, será como una bomba en un congreso: saltarán por los aires "dirigentos" y "dirigentas".

En conclusión, España funciona por inercia. La política, que constituye el sistema circulatorio para que un país camine, no existe. Quienes están en política están completamente desnortados y todo lo que hacen perjudica a la sociedad seriamente. La sangre que debe dar vida a la nación está aquejada de leucemia. Un desorden patológico no incurable, pero si de muy pronóstico. La leucemia en política es la falta de seriedad, y esto lleva a lo que es en realidad la cosa política en nuestro país: un cachondeo.


13 febrero, 2013

Desubicados

El populismo o los generales. Son las dos opciones que nos deja Dolores de Cospedal, como una amenaza, cuando desaparece la "política con mayúsculas". Según esta doctísima filósofa, la cosa consiste en trabajar por lo que es de todos. Cuando la escuché me dio la impresión de que estaba hablando de la luna; no entendía nada... "lo que es de todos". Qué es lo que es de todos. ¿El dinero que se puso para rescatar las cajas de ahorro? ¿El dinero negro recibido de constructores y empresarios chuscos? ¿Las cuentas en Suiza? ¿...? Qué es lo que es de todos.

La desubicación del gobierno y del PP es manifiesta y grave para un país en crisis profunda como el nuestro. La incompetencia del PP para gobernar España, como para gobernarse a sí mismo es seria. A pesar de gozar de una sólida mayoría absoluta, la incapacidad de sus dirigentes y la falta de liderazgo tanto en el gobierno como en el partido hacen que este vaya a la deriva en aguas revueltas. La ausencia de decisiones contundentes con los corruptos, la sospecha de sobresueldos de altos gerifaltes, incluido el actual presidente del gobierno y las explicaciones, siempre desafortunadas, al respecto les eliminan como partido al mando. Sencillamente han perdido la confianza del electorado.

La acción desesperada de Cospedal aludiendo a las terribles sombras de la dictadura militar denota el miedo interno a perder el poder, ya no solo ejecutivo, sino como partido, que es lo importante. El PP tiene un serio peligro de implosión. Cospedal lo sabe e intenta zafarse de la presión de la sociedad, que les ahoga, para poder sobrevivir. La desconfianza del electorado les quita el aire e intentan desesperadamente tomar algunas bocanadas mediante declaraciones de este tipo.

Se han visto obligados a hacer lo que no querían con las tasas judiciales, con la iniciativa popular contra los desahucios... Dan palos de ciego en economía. Montoro se inventa una amnistía fiscal para favorecer a los ladrones y comisionistas de su propio partido que les hace parecer todavía más mafiosos. Mantienen el salario de Bárcenas hasta hace nada; no despiden al marido de Mato hasta hace cuatro días, antes no se podía, pero ahora se puede; Ana Mato no dimite... El PP es el ejército de Pancho Villa.

Y mientras tanto Rajoy instalado en la cobardía, como de costumbre, deja que todo se resuelva por si solo. Salpicado por la corrupción interna en carne propia, esconde la cabeza en la tierra. Pero olvida que tiene el culo fuera. Un enorme culo que la sociedad pateará con dureza inusitada, no la oposición, tan incapaz como el PP, el pueblo. La sociedad civil está revolucionada. Pide a gritos que se empiece a hacer política; que se realicen los cambios necesarios en el sistema, en los partidos, en las instituciones... Si ahora, los partidos no lo toman en serio y no mandan mensajes claros con un programa de acciones, será su último acto de irresponsabilidad antes de desaparecer en la nada. Así que, PP, PSOE y los demás... ojito. Los españoles ya hemos salido de una dictadura y podemos salir de esta otra en la que nos mantenéis ahora. Queremos democracia, no partitocracia.

09 febrero, 2013

¿Qué les hace pensar que somos imbéciles?

El lenguaje gestual y verbal que emplean los partidos políticos para dirigirse a la sociedad es tan antinatural y de una simpleza tal que solo cabe pensar que es que entienden que los ciudadanos son imbéciles. De otra manera no puede entenderse que ocurran las cosas que ocurren. Los políticos, en genérico, no pueden ni deben comunicarse con el electorado de otro modo que no sea el natural e inteligible lenguaje llano y el natural e inteligible decirle a las cosas por su nombre.

El asunto de moda es el caso Bárcenas. Un simple caso de cobro de comisiones en dinero negro procedente de empresas constructoras y que un tesorero listo manejaba a su antojo con la connivencia y complicidad de algunos miembros de la cúpula del PP. Punto. Eso es el caso Bárcenas. ¿Por qué el PP saca ahora a la luz su contabilidad oficial? ¿Qué tiene que ver la contabilidad oficial con el dinero negro? ¿Es que la dirección del PP piensa que somos imbéciles?

Salpicado el presidente Rajoy por el escándalo (cobró según Bárcenas sustanciosas cantidades durante años), sale a los medios en una comparecencia digna del más grande de los cobardes y dice, eso sí, solemnemente, que va a hacer públicas sus declaraciones de renta y patrimonio en una semana. Estoy sorprendido de dos cosas: una, por qué necesita tanto tiempo para publicar las declaraciones Rajoy, y dos, para qué las saca. El dinero negro que pudo haber percibido no va a figurar en ellas. Es como si a uno le piden que enseñe lo que lleva en los bolsillos y él enseña su cartilla de ahorros. ¿Es que Rajoy piensa que somos imbéciles? Son los bolsillos, señor Presidente... los bolsillos.

Que Ana Mato es probablemente la persona más incompetente e incapaz que hubo nunca en un gobierno es un hecho innegable. Hemos visto personas de bajísimo nivel en ministerios, hombres y mujeres, en todo tipo de gobiernos; pero confieso que he buscado a alguien para poder compararlo con este lastimoso caso y no lo he encontrado. Mato no solo no tiene ni repajolera idea de sanidad ni de economía ni de nada, sino que, además, da verdadera lástima oírla hablar. Qué me perdonen, pero parece como si tuviera un cierto retraso, o es que es muy tímida. ¿Cual puede ser la razón de que Rajoy la mantenga en el puesto implicada como está en un caso serio de corrupción? No lo sé, algo tendrá oculto. El presidente dice que es lo justo y que es una buena ministra. ¿De verdad no da la impresión de que nos toma por imbéciles?

Hablo del PP porque está ahora en la cresta de la ola, pero del PSOE y de sus miembros y "miembras" (otra ministra bien competente) se podrían poner ejemplos similares a mansalva. ¿Creen que no nos damos cuenta de sus tejemanejes con los ERE y de sus metidas de mano con pasta por el medio? ¿Por qué no enseñan sus cuentas y nos explican sus cosas? Ahora no toca, claro. Ahora está el adversario con la rodilla en tierra y el PSOE no quiere hablar del problema generalizado de corrupción en la política española, quiere hablar del PP. El PSOE sencillamente desvía el problema. El PSOE también cree que somos imbéciles.

De IU, UPyD y del resto poco que decir. ¿Por qué no nos enseñan la ropa interior? Querríamos saber como manejan la caja en casa de Cayo y de Rosa. ¿Por qué no lo explican? Por qué no publican sus cuentas a la vez que piden las de los demás. ¿Por qué catalanes y vascos están tan callados? No tienen estos problemas, o no dicen nada porque no quieren ni que se les oiga, no vaya a ser que su electorado empiece también a volverles la cara.

Lo dicho, que creen que somos imbéciles. Pues no, no lo somos, solo lo parecemos.

04 febrero, 2013

España, agujero negro

Hay dos economías nacionales, la blanca y la negra. España tiene por un lado unas cuentas transparentes, las de España país, controladas y gestionadas por Economía y Hacienda, y por otro las de la España de las cloacas. Con las primeras nos miden para la prima de riesgo, se calcula el PIB y todas esas estupideces. A ellas contribuyen los ciudadanos que tienen una nómina, transparente como el cristal, con el IRPF; aquellos que hacen una factura, con el IVA y todos, cuando compramos artículos directamente grabados con impuestos (carburantes, tabaco, alcohol,...). A las otras contribuyen los que no quieren pagar impuestos y también un poco nuestra cultura.

La otra economía nacional es un agujero negro gigantesco, masivo, de un negro tan intenso que no hay rayo de luz que lo penetre, tan denso que la única manera de entrar en él es hacerlo explotar, hacerlo añicos. En este inmenso retrete está todo lo que se paga sin IVA (que levante la mano el ciudadano que nunca haya dicho... "Pero sin el IVA, ¿eh?"). El sistema de estimación por módulos favorece esto. Si se elimina de un plumazo este sistema la recaudación por IVA se elevaría enormemente, pero no se quiere.  También forma parte de este agujero toda la caja B de las grandes empresas, especialmente de las constructoras. Casi el 100 % de las viviendas vendidas en el boom inmobiliario fueron, en parte, pagadas con dinero no controlado (¿alguien puede negar que dio dinero en mano al pagar su piso? Si no, no te lo vendían). Los miles de millones de euros que circulaban y circulan en España sin control son sin duda una parte no menor de nuestro PIB. Es decir, nuestro PIB aumentaría y nuestra prima de riesgo bajaría en picado.

Sabiendo esto, porque esto lo sabe hasta el más tonto, no puedo explicarme como nadie quiere encontrar conexiones entre las donaciones al PP, y seguramente a todos los partidos, y las empresas donantes. Las constructoras, llenas de dinero negro, donan dinero negro. Qué más da que aparezca en las notas de un tesorero... no aparecen donde tienen que aparecer, en sus salidas contables, por lo tanto pueden negarlo sin temor. Es lo malo del dinero negro, que es negro, que no paga impuestos, que no se le puede seguir la pista. La investigación interna, la presentación de declaraciones y demás monsergas son solo estupideces. El problema real y por el que Rajoy debe dimitir, el gobierno irse a su casa y el PP escindirse, y detrás del PP estoy seguro que debería ir el PSOE y alguno más, no es el asunto Bárcenas, es mucho más grave: se llama prevaricación y cohecho en masa.

El gobierno, el PP en pleno sabe esto, con toda seguridad. Sabe que España es un inmenso agujero negro. El gobierno dispone en las Cortes de mayoría absoluta y puede legislar a su antojo para acabar con esta lacra de la economía sumergida y el dinero negro. Aún así no hace nada; y no lo hace porque tienen intereses espurios o lacras en su pasado que les impiden atacar este flanco. El gobierno y el PP están metidos en el lodo hasta el cuello. Por eso debe dimitir Rajoy y el gobierno en pleno; por no legislar en favor de este país y mantener un sistema económico que favorece a los tramposos (ellos incluidos) en detrimento de las personas honradas y con retribuciones bajo control. Si el gobierno hiciera lo que debe los intereses de la deuda bajarían, el desempleo parecido y los recortes en los servicios básicos no serían necesarios. Definitivamente el gobierno debe dimitir.

03 febrero, 2013

Comparecencia indigna

Siento envidia insana, de la de verdad, cuando veo al presidente Obama, o a cualquier otro en los EE. UU. comparecer ante los medios de comunicación y someterse a las preguntas de los periodistas, por difíciles y comprometedoras que sean. Esta imagen, recreada miles de veces en el cine, es la que da fuerza a una representación política. La prensa, a menudo ávida de carroña, monta trampas sensacionalistas para intentar atrapar a un líder (nunca sabré si en aras del derecho a la información o por el interés por retorcer la información y hacerla parecer lo que en realidad no es). Aún así, el presidente de los EE. UU. contesta como puede con todo el respeto a preguntas hechas de la misma manera.

Si lo comparamos con Obama, Rajoy es como el presidente de una asociación de vecinos a su lado. Por eso, no puedo entender que se permita el lujo de hacer una comparecencia sin preguntas en un caso como este de Bárcenas. Nixon tuvo que dejar la presidencia por el Watergate y compareció ante la prensa y se sometió a sus dardos cientos de veces. Rajoy, tiene que responder ante una acusación de los medios de una financiación irregular y de haber admitido pagos ilícitos con dinero negro y resulta que lo hace en una sala vacía, actúa frente una cámara, explica que él no ha hecho nada, y a correr. Me pregunto, si es que se sabía que iba a ser así, por qué fue la prensa a dar cobertura a una tomadura de pelo semejante. Ningún medio debe humillarse de esa manera. Que lo publique todo el que esté dispuesto a hacerlo, pero lo primero es la dignidad.

La cobardía de Mariano Rajoy es proverbial; la rezuma por todos los poros. Se puede ir más allá y hacer la afirmación de que todo político que comparece y no admite preguntas es un cobarde; más aún, es de antemano culpable de todo lo que se le acusa. Intentar pintar la realidad del color que uno quiere sin dejar que quienes la ven de otra manera le pongan matices es altamente sospechoso. Rajoy se equivoca en su estrategia de avestruz. Si le acusan de haber recibido dinero y no es verdad, él debe ponerse delante del atril y decir alto y claro que no lo es y que reunirá las pruebas para demostrarlo y que, además, quién lo acusa va a tener un problema serio... Y después responder con contundencia a las preguntas, o decir que no responde a algunas, pero con el interlocutor delante. Otra cosa es sencillamente canguelo.

02 febrero, 2013

Y el juez Garzón inhabilitado

Quienes tenemos buena memoria tendemos no olvidarnos de las cosas, de las que nos gustan y de las que no nos gustan; es decir, no tenemos memoria selectiva. Los hechos son los hechos y son incontrovertibles. Garzón estaba en la pista de descubrir todo un pozo negro dentro del PP. A partir de aquí, el partido y sus tentáculos en el poder judicial con Trillo a los mandos, se ocuparon de enmarañar la situación y en un revoltijo de causas (franquismo, escuchas "ilegales", prevaricación...) complicarle la vida al juez hasta llevarlo al banquillo. Y en sentencia unánime, digna de la mas tragicómica tradición, expulsarlo de la carrera judicial.

Digo lo mismo que dice Garzón. Tenía que ser y fue. Así que, ya está. Cuando el tiempo de inhabilitación pase él retomará lo que le quede de su carrera, y punto. Pero lo que está perfectamente claro es que  Baltasar Garzón, el juez odiado por unos y venerado por otros; el juez que se dice de izquierdas, pero que aplicó la ley a quien hizo falta sin importarle su adscripción política; el juez deseoso de protagonismo, según muchos; Baltasar Garzón tenía razón en este asunto de corrupción del Partido Popular. Vaya que si la tenía.

Muchas personas piensan como yo: la causa contra Garzón fue una pantomima judicial de dimensiones astronómicas. El papelón del supremo fue escandaloso. Pero es que, además, ahora el tiempo da la razón al juez castigado y, por otra parte el inicial caso Gürtel está vivo y su derivada es instruida por otro juez, que utiliza las pruebas y los indicios heredados Garzón. ¿Por qué ahora nadie lo para? Pues por una razón simple: lo que interesaba era eliminar a Baltasar Garzón fue, sencillamente. Sus colegas lo quitaron de en medio porque tenía un modo de trabajar diferente. No se debía a sigla alguna y era incómodo para sus amos (los de sus verdugos). Baltasar Garzón, al contrario que ellos, era incorruptible, o al menos nadie había llegado a su precio.

Tengo que reconocer que Garzón no es mi juez favorito; prefiero la discreción al ruido. Pero lo que se ha hecho con él es profundamente injusto. Sé que no me corresponde ni que nadie va a secundar mi iniciativa. Ni tan siquiera sé si soy el primero. Pero quiero que se oiga mi voz reclamando que, si esto del PP se demuestra, el Supremo, en sesión solemne, rehabilite a Garzón y le pida perdón. Reconocer los errores y bajarse del pedestal de vez en cuando es un sano ejercicio que sin duda tonificará a nuestro anquilosado poder judicial.