30 junio, 2012

¿Lo haremos bien ahora?

Las frases estúpidas son una constante en nuestros políticos principales, sobre todo esas que denotan cierta chulería tan española y por la que tan mal caemos a nuestros vecinos: "España va bien"; "Es una desaceleración" o "He sido yo quien ha presionado" dejan a nuestro país a la altura de un bordillo. Lo malo es que no es culpa de la gente, sino de la poca sensibilidad de los presidentes de turno.

Creo que una de las mayores virtudes que una persona puede tener es la sencillez en la expresión y en la explicación. Sin embargo, aunque algunos políticos son personas, esta cualidad no suele darse en este rebaño, con perdón. Decir algo de manera técnica y con circunloquios no conduce nada más que a malas interpretaciones y a errores. Pero , qué le vamos a hacer... berrean así.

La noticia de que la UE va a prestar dinero a los bancos tranquiliza un poco nuestra economía y nos da una oportunidad de oro para eliminar del sistema a toda rémora viviente. Bankia y el resto de entidades intoxicadas por sus malas decisiones y su mala gestión, debida en gran medida a que las zarpas de los partidos y sindicatos estaban ahí metidas, deben desaparecer. Se devuelve lo invertido a los depositantes y se crea una entidad para gestionar los créditos emitidos por ellas e ir devolviendo el dinero al estado.

Naturalmente la cuadrilla de ladrones al cargo que, sabiendo cómo estaban las cosas, en lugar de dimitir se pusieron pensiones millonarias, no deben ir a otro sitio que a la cárcel. Así de simple. Los ciudadanos entenderían perfectamente que esta gentuza fuera a la cárcel. Y si dentro de unos años reaparecen en programas de televisión, como Mario Conde, y alguien los quiere escuchar, pues vale. Pero, de momento, a la trena, sin más. O es que no hay motivos sobrados.

Si por fin la clase política despierta de su sueño pegajoso y hace lo correcto, probablemente debería empezar por tomar decisiones de este tipo, dejar de hacer demagogia y de emplear un lenguaje simple y directo para que los ciudadanos y nuestros vecinos lo entiendan sin tener que interpretar nada. La política es algo serio y quien se dedica a ello tiene la obligación de ser igual de serio.

Ahora gobierna el PP y el Presidente tiene la obligación de exigir seriedad, o silencio. La sarta de imbecilidades oídas alrededor del asunto de Eurovegas o de nuestro papel en Europa (Ana Mato, increíble) debería hacer reflexionar a Rajoy sobre la conveniencia de seguir rodeado por este tipo de personajes o personajas.

24 junio, 2012

La sociedad quieta

La sociedad española permanece quieta mientras la tormenta a su alrededor persiste. Este comportamiento podría encajar en un artículo sobre sociobiología y evolución. La quietud extrema es la estrategia de muchos animales ante el peligro. No se mueven para no ser detectados por sus enemigos; no se mueven esperando que pase el peligro. Los humanos, como animales, hacemos lo mismo.

Suele ser esta la estrategia de los predestinados a ser presas,  la de los más desfavorecidos. Pero no es normal que toda una sociedad se quede quieta ante la tesitura actual de un país como España. La sociedad española es potente, puede plantar cara a los problemas. Lo ha demostrado muchas veces a lo largo de su historia.

El pueblo debe levantar la cabeza y convencerse  de que esto se ha terminado, de que el todo gratis ya no vale, de que evadir impuestos o pagar sin IVA no va a poder ser, de que los subsidios se terminan, de que el trabajo no aparece solo, de que a casa no van a buscar a nadie y de que si no hace algo por si misma, la sociedad irá empobreciéndose poco a poco hasta llegar incluso al hambre.

Ya sé que hay responsables de esta situación. Responsables con nombres y apellidos. Pero esto no sirve de nada. Aunque ahora viniera un rayo celestial y los aniquilara a todos, que no sería del todo malo, el estado de las cosas no cambiaría. El estado de las cosas solo puede ser cambiado si desde lo mas profundo de la sociedad se pasa de la estática a la dinámica, de la quietud al movimiento, del abrir el pico esperando comida a atreverse a volar y salir a buscarla.

Lamentablemente la sociedad española no puede contar con los políticos, ni con los jueces, ni con los sindicatos (al menos con los que tenemos). El impulso debe venir de ella misma, de sus individualidades o equipos de individualidades, pero sin que se canalice por otros medios, sin ser prostituido por las clases parásitas actuales. Esta es la única manera de salir de esta: reinventarse.

Detrás de una sociedad reinventada vendrá una representación reinventada. Quienes estén interesados en ser representantes de ella deberán tener cualidades distintas a los actuales. La primera la de ser respetuosos. El político, el juez, el sindicalista deberán estar a la vez dentro de la sociedad, conocerla y respetarla, es decir, sentirla, y no dentro de un aparato que le distorsione los mensajes. Si no se consigue esto, la cosa va a pintar mal,... muy mal.

Trabajo duro tenemos, conciudadanos. Pero no nos queda otra.

23 junio, 2012

Vale, pero qué vamos a hacer

En poco tiempo nos van a dar un préstamo rescatador que va a ir recapitalizando la banca descapitalizada. O sea, a las cajas de ahorro que sirvieron de cofre del pirata a los políticos para gastar el dinero en estupideces. Ayer fuimos a una reunión a Roma en la que se concluyó que, efectivamente, las políticas de austeridad no son efectivas contra la crisis del euro sin el contrapunto de políticas de crecimiento.

Muy bien. Y ahora qué vamos a hacer. Qué actividad va a generarse en España para hacer crecer el PIB. Cómo va a potenciarse el crecimiento del empleo. En manos de quién va a ponerse todo ese dinero. Quién lo va a gestionar y de qué manera. Son preguntas de difícil contestación y que originan incertidumbres serias a la vista de acontecimientos anteriores.

Hace ya muchos años se puso en manos de los sindicatos un montón de dinero para formación que, al final, no sirvió para nada más que para que se formara una maraña de empresas "amigas" alrededor de ellos para ofrecer cursos, las más de las veces sin mayor sentido. Lo mismo pasó con los fondos mineros, en principio destinados a cambiar el modelo de actividad de las comarcas mineras, y que sirvieron para poco más que para que montones de personas en edad muy joven se prejubilasen. Las comarcas mineras siguen como estaban veinte años después... Dinero tirado.

Estos son dos ejemplos, hay más, de lo que España hace con el dinero que le llega de Europa. Bien es verdad que otro fue muy bien gastado en infraestructuras y otras muchas cosas. Pero ahora va a venir dinero otra vez. El de la banca tendrá que devolverse. Sin embargo me pregunto cómo una caja sin ingresos y sin beneficios va a poder devolver lo prestado. A no ser que el plan sea ganar tiempo y que al final el peso de este cargo recaiga sobre el contribuyente. ¿Apostamos?

Pero lo que me da más miedo es la gestión del dinero que ha de emplearse en recuperar el crecimiento económico. Ni el gobierno ni la oposición han dicho nada sobre esto, ni lo dirán. No tienen ni repajolera idea de a qué puede dedicarse este país, ni qué actividad puede generar el estado. Puede que, imitando a Keynes, contrate parados para hacer zanjas y luego rellenarlas, para, de este modo pagarles un salario y que el consumo interno aumente... Pero España no merece esto. En España hay una generación de jóvenes altamente preparados esperando hincarle el diente a algo.

Estoy casi seguro que otros países aumentarán su presupuesto en investigación científica y en desarrollo técnico y tecnológico. Pero dudo mucho que eso se de en nuestro país. Ni gobierno ni oposición tienen altura de miras suficiente para atreverse a hacer algo así. Tiempo al tiempo... A qué hacemos zanjas.

17 junio, 2012

El juez pío

Esa dupla juez - religión es algo habitual. Naturalmente existen miles de jueces muy competentes y que mantienen su religiosidad en el ámbito de lo personal, que es donde tiene que estar. Sin embargo, Divar llevaba a su dios (Dios) por delante en todo: Dívar el Pío. Lo cual, en contra de lo que puedan pensar algunos exaltados, siempre es malo. La ley es la ley y lo que los creyentes de toda índole llaman ley de Dios, está por debajo, mal que les pese, de las leyes elaboradas por los hombres.

El problema de un juez pío hasta el extremo, es que su moral no es de este mundo. El juzga y gobierna porque Dios le dio el poder de hacerlo, porque las cosas ocurren por determinismo divino. Por supuesto que él no hizo nada reprobable. Gastar dinero público es algo que puede hacer. El es un juez, el juez máximo, el juez que Dios quiere que esté ahí. Por lo tanto no tiene que pagar nada, somos los demás quienes debemos proporcionárselo todo, él es Él.

Aún ahora que la opinión pública lo bajó a patadas a la realidad, sigue sin verlo claro. Él tomará medidas contundentes dentro de unos días, pero no porque haya hecho nada moralmente incorrecto, sino porque hay un revuelo tremendo alrededor de las instituciones que preside. Él tomará medidas para preservar a estas instituciones, porque desde luego lo que hizo estuvo bien hecho. De haber estado mal, Dios se lo habría dado a entender en su infinita sabiduría.

Él, o sea, Él, nunca pedirá perdón ni ser disculpado por la sociedad. Él llegó adonde llegó porque Dios lo quiso, e hizo lo que fuera porque Dios así lo estimó. Él no es un Borbón cualquiera puesto en su sitio por un generalísimo del tres al cuarto. Él fue instalado en su poltrona por Él, su dios, Dios. Y la sociedad no tiene nada que decir, así que nada de disculparse... Valiente ignorante.

No debemos dejar pasar el hecho de que este tipo fue colocado en su puesto por Rajoy y por Zapatero. Dos cerebros dónde los haya en esto de escoger a las personas y tomar decisiones... Lo de este país mete miedo.


16 junio, 2012

Insulto a la inteligencia

Los presidentes de gobierno en España tienen la fea costumbre de dirigirse a la población como si esta fuera un rebaño de imbéciles que no se entera de lo que está pasando. Aznar, desde la inmovilidad de su labio superior nos miraba colocado en su peana y nos decía lo bien que íbamos, aunque los ciudadanos normales veíamos que algo no cuadraba. Zapatero con su cándida mirada y su buen talante insistía en que éramos una potencia económica, y algo seguía sin cuadrarnos. Ahora Rajoy viene a decirnos que le hicimos un favor a Europa aceptando un préstamo para el sector financiero. Fantástico.

Llevo años desgañitándome y clamando por el bajo nivel general de los políticos en España, pero esto ya pasó de castaño oscuro. Cómo un presidente de un país al borde de la quiebra puede cometer una chulería semejante. Sale a hacer una rueda de prensa y no dice ni una verdad completa. Sale a hablarle a la población y, desde la distancia, explica que las cosas se hacen como él las hace, sin más. Pero, ¿es que se cree que somos imbéciles?

La semana pasada decía que Rajoy es un cobarde, y lo mantengo. Esta semana añado que es, además un chulo arrogante. Es increíble si se piensa bien: "he sido yo quién ha presionado". Claro, Bruselas se preguntaría que de dónde puede haber salido un tipo así. Bruselas debe llevar más de una década preguntándose de dónde sacamos los españoles a semejantes personajes como presidentes de gobierno.

La cuestión es que España va escalando por una pared vertical, la crisis, en la que un mal paso te lleva a una caída al vacío. Mantener el equilibrio es difícil, aunque de momento está en la cordada que es la UE. Rajoy va en el grupo de escalada. Pero en lugar de ser solidario y disciplinado, en lugar de trabajar en equipo y aceptar y dar ayuda, se dedica a balancearse, a columpiarse, mientras los otros intentan sujetarlo y mantenerlo en la pared. Y encima dice que hace lo que tiene que hacer. Claro los socios se le cabrean. ¿Se puede ser más imprudente?

10 junio, 2012

Cobardía

Cobardía es la falta de valor y de ánimo. La cobardía es el peor de los defectos en un político. Y cuando esta cualidad tan negativa es característica de un presidente, este debe dimitir sin más dilación. Rajoy es un cobarde que obtuvo el poder legítimamente pero, como siempre en España, con engaños. Hizo ver al electorado que él disponía del arrojo para sacarnos de esta en la que estamos, culpa, según decía, únicamente del anterior presidente y su gobierno.

Cuando llega al poder, en lugar de explicar con datos objetivos a toda la población la situación en la que se está y cuales son los sacrificios que tocan, y como se van a ir haciendo en el tiempo, se dedica a hacer vaguedades: reforma laboral, subida de impuestos y no sé qué cosas más, en lugar de coger al toro por los cuernos y reformar el sistema financiero desde la base, pedir ayuda para recapitalizarlo y, de paso, procesar a unos cuantos cientos de personajes que nos trajeron hasta aquí.

Pero no hizo nada de esto, que es lo que se espera de un líder, porque Rajoy no es un líder, es sencillamente un cobarde. Rajoy no siente a su patria, tiene simplemente un arrogante sentimiento de pertenencia a una casta que, por definición, tiene que ostentar el poder. Pero España le importa un bledo, como no le importaba a Aznar, su designador, ni a Zapatero, su predecesor.

España necesita líderes en todo el espectro político, personas que sientan amor por su patria y que estén dispuestos a dejarse la piel y a arrastrarnos a todos para cambiar y a mejorar. Un líder no se deja engañar por Maquiavelos del tres al cuarto como Rato (el genio económico de Aznar), José Blanco (el "consejero" de Zapatero), o Nisesabequién ahora, porque en este gobierno hablan todos menos quién tiene que hablar.

Rajoy, el gobierno entero, debe dimitir sin esperar más. El gobierno debe ser entregado temporalmente a técnicos de consenso para todos los partidos políticos, y el parlamento solo debe modular las leyes para que las cosas vayan por donde tienen que ir y las medidas no se desmadren. Pero ni la cobardía personal, ni la cobardía política son opciones válidas. Italia lo hizo y está a flote, pero aquí, como siempre nos falta el coraje necesario para dar pasos valientes.

Ayer se pidió un rescate para el sector bancario con nocturnidad y alevosía. Nada se dijo a los ciudadanos. Ni nada se explicó después de pedirlo. Rajoy no tuvo en consideración al electorado que lo legitima y se escondió. Hoy, por fin, va a comparecer ante los medios, presionado por la opinión pública, para explicar cualquier cosa. Pero da igual. Ya es tarde. Su credibilidad está perdida. únicamente tiene valor la comparecencia si es para anunciar la dimisión en bloque del gobierno.


09 junio, 2012

Pido humildemente perdón

No sé si solo en nombre mío o en el de los millones de ciudadanos de mi país, España. Pido humildemente perdón por no haber sabido elegir a los gobernantes, por el poco nivel de todos ellos y por su absoluta falta de seriedad en el ejercicio de sus funciones. Todos ellos, mediante su incompetencia durante los últimos quince años, han abocado a España al desastre.

El nefasto Aznar qué entre finales de los noventa y la entrada en el euro nos dotó de actividad falsa y sin base; el cándido Zapatero que no quiso ver la realidad de una economía mal cimentada; el estúpido Rajoy que se aprovechó de la crisis para desgastar a Zapatero y tomar el poder para llevarnos en unos pocos meses de gestión kafkiana a la vergüenza colectiva de un rescate.

Por qué tenemos los españoles que bajar la cabeza ante el resto de Europa y del mundo por causa de nuestros gobernantes. Por qué no salen todos en los medios pidiendo perdón y entregando sus cargos a los ciudadanos. Por qué tantos millones de electores tienen que sentirse como imbéciles por haber prestado su sufragio desde hace tanto tiempo a toda esta pandilla para que gestionaran tan a la ligera el estado central, las comunidades y los ayuntamientos. ¿Es que ni libertad de voto podemos tener en España por falta de personas honradas en política? Pues, aunque me niegue a reconocerlo, lo parece.

¿Para qué luchó mi generación para tener una democracia? ¿Para que una vez plenamente instaurada un grupo de presión (partidos y sindicatos) formasen una mafia impenetrable cuyo objetivo era, y es, la perpetuación en el poder a cualquier precio? Para qué tragamos bilis y escupimos sangre en los setenta. ¿Para que los listos se hicieran con el poder y lo sobaran en una bacanal interminable?

Pues esto que tenemos ahora es la consecuencia de lo hecho por la clase dirigente española durante muchos, muchos años, tras la etapa inicial de generosidad. Esto es lo que queda de España: un país con la cabeza agachada.

Me pregunto si no sería mejor una intervención total, una pérdida total de soberanía. Qué unos cuantos miles de técnicos venidos de Bruselas manejen nuestro sistema económico y político mientras los españoles trabajamos como podemos y liquidamos las deudas contraídas por la desastrosa gestión política pasada. España, provincia de la UE.

Ya hace años que dejé de votar por el asco que me produce la corrupción y el inmovilismo sistémico de los partidos incapaces de articular leyes justas que permitan una elección más certera de representantes y buena gobernanza económica. Por la aversión que siento al saber que al poner un papel lleno de nombres en una urna estoy legitimando el robo y la irresponsabilidad. Puede que mi acción no sirva para nada y también puede que esté equivocado, pero es lo que siento.

En fin, pobre España. Perdón, perdón otra vez. Perdón en nombre de los ciudadanos normales de mi país.

03 junio, 2012

Henos aquí, al borde del abismo... Que vengan los tecnócratas

Y ahora, me pregunto, quién asume la responsabilidad. Quién va a dar un paso al frente y a decir que sus equivocaciones y malas prácticas trajeron como consecuencia la lamentable situación en que nos encontramos. Nadie, nadie va a asumir la responsabilidad, porque la clase política, en España al menos, no tiene ni la preparación ni la integridad, ni tan siquiera la honestidad  de hacer algo así.

Lo que pasó aquí fue que durante cerca de veinte años hemos sido gobernados por individuos iluminados que entendían la acción política como un pasárselo bien mientras se hacían cosas para seguir obteniendo el favor de un pueblo "soberano", pero electoralmente bisoño. No importaba si las cosas que se hacían eran correctas, o no,  bastaba que dieran votos para poder seguir en las poltronas.

Tras el Franquismo, hubo un grupo de políticos que entendió que el retraso de España respecto a Europa era grande, y se puso a trabajar para arreglarlo. Entramos en el Mercado Común y empezó a llegar dinero, que se empleó bastante bien al principio. Pero a medida que llegaba más dinero y pasaba el tiempo, iban desapareciendo los buenos políticos y llegando la generación torpe.

Esta generación torpe nos metió en el euro activando la economía con la construcción, pero no siguió trabajando para reducir el retraso de España respecto a Europa. Desde el nefasto Aznar hasta el iluminado Zapatero se crearon cinco millones de puestos de trabajo desde un suelo de dos millones de parados. Ahora tenemos tres millones y pico de parados más que en 2002, o sea, más de los cinco millones de puestos que se habían creado. Fantástico. Y ahora el Gran Rajoy pone en marcha más ocurrencias para hundirnos más aún en la mierda.

Cómo pueden ser tan burros. Como ninguno de estos torpes se dio cuenta de lo que estaba pasando. Cualquier ciudadano un poco despierto veía que seguíamos con un enorme retraso industrial, técnico y tecnológico respecto a Europa. Lo único que se copió de Europa fueron las políticas sociales, que es lo fácil, se articulan cuatro leyes y listo. Pero no se hizo el esfuerzo correspondiente en ciencia y tecnología, en I + D, en innovación... Nada. Lo importante eran las viviendas, los PER, las prejubilaciones... ¡Viva la Virgen! Y ahora, aquí estamos, sin actividad productiva para dar trabajo a la población y pidiendo limosna.

Como ciudadano reclamo mi derecho a que los responsables de esta catástrofe lo paguen. Qué lo paguen con la cárcel, con la inhabilitación, con el escarnio público, con lo que sea, pero que lo paguen de tal manera que, a cualquiera que se le ocurra entrar en política se tiente antes la ropa. Hacer política no es una broma, y tiene que quedar claro.

La generación política torpe nos ha llevado a la ruina y los ciudadanos, como en la antigüedad, queremos sangre, queremos cabezas en las cestas y, sobre todo, queremos que dejen sus cargos en manos de otros más competentes... Unos años de tecnocracia pura y dura y el pueblo de España levanta esta situación vergonzante para nuestra historia. Después habrá que elegir de nuevo en las urnas, pero habrá leyes y mecanismos de control que harán dudar a los incompetentes.

02 junio, 2012

¿Dónde está el Presidente?

No tengo elementos de juicio para opinar sobre la competencia de Rajoy. Así que voy a suponer que es un gobernante competente. Pero tengo un argumento aplastante para afirmar sin error que Mariano Rajoy es un cobarde. En lo más profundo de una crisis que nos puede mandar a todos a hacer puñetas, el Presidente está desaparecido. Por eso, y para que no haya dudas, voy a repetirlo alto y claro: cobarde, flojo, gallina, cagón...

El envalentonado Rajoy previo a las elecciones, que no le dio pelota al Gobierno anterior para ayudar a reconducir la situación; el bravucón Rajoy que aseguraba que cuando él gobernara la prima de riesgo iba a bajar porque los inversores no desconfiaban de España, sino de Zapatero; el fanfarrón Rajoy que criticó hasta la saciedad las reformas que estaban llevando a cabo los socialistas por innecesarias e inadecuadas, según su docta opinión. Este personaje lidera, por decir algo, España. Qué cosa más triste, ¿no?

En los últimos años estuvieron al frente del país tres personajes terroríficos: Aznar, que puso la primera piedra de este desastre creando cinco millones de empleos sustentados sobre una actividad con una base falsa: la construcción... "España va bien", decía con prepotencia; Zapatero, en los mundos de Yupi, creando más actividad falsa y prestaciones sociales que no podíamos pagar, haciendo caso solamente a la lengua bífida de José Blanco, del que la historia dirá lo que realmente fue; y Mariano Rajoy, que como buen estratega, permanece en retaguardia mientras la soldadesca se deja los miembros y la sangre en el campo de batalla.

¿Dónde está el presidente? Salga de una vez del agujero y póngase al frente del país. Anime, pida, apoye, defienda, encabece, grite, aporree, quédese ronco de hablar, pero haga algo, que España no le necesita debajo de una mesa, sino de pie encima de ella liderando. Salga de donde está escondido y trabaje por nosotros, cobarde.