09 diciembre, 2012

Habrá que radicalizarse

No parece quedar mucho espacio político en el que alguien pueda asentarse en estos tiempos. el PSOE y el PP están prácticamente a lo mismo: conquistar parcelas de poder en las instituciones para manejar el sistema y dotar de sinecuras a sus militantes destacados que no tienen escaño en algún agujero. Ambos han hecho perder valor a la política, ambos han violentado, y hasta violado, a la Democracia.

El resto de los partidos con representación tienen el objetivo de hacerse con mayor número de votos para obtener más dinero, más representatividad y mas ventajas, que sin duda utilizarán para crecer como hidras. Es decir, si no son como el PSOE o como el PP, es porque sencillamente no pueden o no les dejan.

En esta atmósfera de desánimo para cualquier ciudadano que piense las cosas, surgen individuos como Wert, que no deja de ser un mero provocador cuya falta de humildad le impide reconocer sus propias limitaciones intelectuales. Este especimen se puso en manos de la Iglesia para cambiar el sistema educativo en lo que se refiere a la enseñanza de valores. Y se abrió de piernas para obtener a cambio no sé que cosa. ¿Por qué salto este tipo a Wert en mi argumentación...? Pues porque es todo un síntoma de la enfermedad real de nuestro país. No actúa el PP, ni mucho menos su marioneta. Actúa el poder oculto.

La Iglesia, empresa oportunista donde las haya, deja entrever cual es la mano que gobierna en realidad el timón del estado: el duo iglesia - poder económico. El PSOE y el PP no solo están plegados a él sino que forman parte de su materia. Son el brazo ejecutor de sus deseos. Parece increíble, pero es así. el PP hace lo que le dice este poder oculto, porque está en su genoma; y el PSOE porque fue bien pagado, como una prostituta política para dejarse hacer.

Si el PSOE tuvo no sé ya cuantos años para poder convertir de este país en otra cosa y no se atrevió o no supo, en quién vamos a confiar para que elimine prebendas a los poderes económicos y haga pagar impuestos de verdad a quien más tiene, o nos libre del Concordato y haga que la Iglesia Católica sea lo que tiene que ser: un grupo de curas ocupados de sus feligreses. ¿Lo haría IU, o UPyD, o...? Ni el sursuncorda que se acercara por aquí lo cambiaría. El parlamento, el gobiernos y las instituciones del estado están preñadas de acólitos que lo impedirían.

Este panorama desolador para el ciudadano lo forzará a buscar opciones radicales fuera de los circuitos.  Los partidos ideológicos están terminados. Las ideologías fueron compradas con dinero y cuotas de poder. La única opción de futuro son las uniones ciudadanas con intereses comunes. Los ciudadanos, de izquierdas y de derechas, se irán concentrando en grupos a la búsqueda de objetivos. Y lo harán en la calle, porque el espacio político común está a reventar y porque tomando la calle se anexiona a más gente harta de tanta incapacidad. Esto tendrá que ocurrir si un giro copernicano no se produce en el centro izquierda. El peligro que tiene es que, si las opciones radicales toman impulso, el sistema saltará por los aires con consecuencias imprevisibles, cosa, deseable a la vista de los resultados.

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